El amor romántico del siglo XVIII y XIX ya es historia. El amor, en el año 2016, fluye como los líquidos, se licua como ellos, se fundamenta en sus características. En la actualidad, el amor fluctúa, cambia, fluye, se cuela, se absorbe, emana y rebosa. Y es que las redes sociales y las nuevas tecnologías han revolucionado las formas de comunicar y de amar. Las personas se conocen a través de una pantalla y establecen vínculos desde allí: para muchos, vínculos efímeros, líquidos y superfluos. Para otros, estas nuevas características se convierten en ventajas. La liquidez favorece la adaptación y la evolución. El cambio constante puede llegar a ser deseable e incluso beneficioso.
Y es que las aplicaciones de citas online, y en especial Tinder, han revolucionado la forma de conocer a gente hoy en día. Estas Apps han abierto el telón a un abanico de posibilidades diferentes al modelo de relación convencional. Las ventajas: atemporalidad y fácil acceso.
Cristian G. Sánchez, sexólogo y terapeuta de pareja, afirma que los jóvenes usan esta forma de relacionarse por la facilidad, el alcance geográfico y la atemporalidad que dan las redes sociales: “Tumbaron las barreras en término de distancia, yo puedo tener al alcance a personas de cualquier latitud, sostener conversaciones con ellas en intervalos pequeños de tiempo, no necesito un contacto directo u ocasional y eso permite construir cierto tipo de relaciones mucho más flexibles.
Sin embargo, según el Estudio sobre la Soledad en España de la Fundación Once y Axa, más de una de cada tres personas se siente sola en la sociedad de la hiperconexión y las redes sociales. ¿Qué está fallando? Tenemos hoy en día más métodos y herramientas que nunca para encontrar el amor. Pero, ¿realmente lo hacemos?
Sorprende encontrar en el estudio como un perfil poblacional que es proclive a sufrir soledad es el de los jóvenes, sobre todo los que se sitúan en el rango de edad de entre 15 y 30 años. Este colectivo es el principal consumidor de nuevas tecnologías y redes sociales para la relación y comunicación, lo que provoca el aislamiento y la superficialidad en el contacto entre personas. Tal y como apuntan los expertos, “la aparición de Internet y las redes sociales está generando una manera distinta de socialización, y de relación con los pares”. La mala utilización del mundo virtual y el abandono de la comunicación interpersonal cara a cara, provocan soledad.
Por lo tanto, si tenemos más posibilidades de encontrar el amor ahora que nunca, ¿por qué no lo hacemos? ¿O es que el exceso de oferta hace que busquemos constantemente el cambio, la renovación, esperando que lo mejor esté siempre por llegar?
¿Nos hace esto inconformistas, caprichosos? ¿O nos proporciona más libertad de decisión, de elección? El exceso de opciones puede abrumarnos, puede colapsar nuestro deseo y hacer de la insatisfacción el sentimiento constante en nuestras vidas.
¿Qué nos ha dado y nos ha quitado Tinder y el resto de aplicaciones de citas?
Para algunos son sólo ventajas y para otros perjuicios. En este Reportaje se realizará un balance de ambos. Se analizará si existe el punto medio, si Tinder realmente puede utilizarse para encontrar el amor, o el uso que sus usuarios le dan está lejos de este objetivo.
Tinder y la reconfiguración del amor
Cuatro estudiosos de las aplicaciones de citas aportarán su opinión sobre el debate que aquí se plantea. Su experiencia y trayectoria en el mundo de la psicología y la comunicación interpersonal servirán para despejar dudas y limpiar los tabúes que han crecido paralelamente a la aparición de estas herramientas sociales.
La charla con Ruth González Ousset y Cristian G. Sánchez, sexólogos y terapeutas de pareja, nos servirá para introducir los puntos de las problemática y conocer conceptos tan amplios como son la “soledad de masas” o el de “modernidad líquida”.
Ruth González Ousset, periodista, sexóloga y terapeuta de pareja, apunta en su tesis doctoral que “Internet ha cambiado la forma de relacionarnos desde los últimos 20 años y esas relaciones corresponden a algo que el sociólogo polaco Zygmunt Bauman ya introdujo en el año 2003 con su concepto de Amor Líquido”:
“Bauman considera que una de las características de la sociedad contemporánea es la liquidez, haciendo la metáfora de que todo fluye, todo es efímero, nada se asienta, no se quieren compromisos, nexos o vínculos. Los jóvenes no están buscando entregarse el uno al otro como pasaba hace 50 años, ellos están buscando el presente”.
Cristian G. Sánchez, terapeuta sexual y de pareja, considera las dos vertientes de esta nueva tendencia:
“El concepto de amor está cambiando para bien y está cambiando para mal. Está cambiando para bien en el sentido de que el concepto de amor romántico nos dejaba una forma muy tendenciosa de ver las relaciones, donde tenías que tirarte toda la vida con la misma persona aunque fueras infeliz. Esto ahora de forma positiva ha cambiado, pues efectivamente, si ahora algo no me gusta tengo la posibilidad de cambiarlo, de buscar otra persona, y no por ello tener ningún cargo de conciencia o sanción social. El divorcio, hace apenas quince o veinte años, estaba muy mal visto. Sobre todo para las mujeres. Hoy en día ya no es así y eso puede ser el cambio positivo.
El lado negativo podría ser que ahora entendemos las relaciones desde un punto de vista de consumo. Haciendo referencia al concepto de Amor Líquido, la liquidez puede estar estrechamente relacionada con la esfera económica, con la lógica de mercado.
Y actualmente, el concepto de lo líquido está muy relacionado de igual modo con las relaciones laborales. Contratos temporales, eventuales, a tiempo parcial. Personas que pasan de una empresa a otra con rapidez, sin oportunidades para afincarse en ninguna de ellas y echar raíces que les permitan seguir creciendo profesionalmente.
Lo líquido fluye y se adapta. Lo líquido puede tener unas ventajas a corto plazo y una desventajas a largo plazo”.
La tertulia con Rosana Lorente y Pedro Moitinho, directores y guionistas del documental “5 Pulgadas”, que se estrenará en Madrid a finales de octubre y que trata sobre la aplicación para homosexuales Grindr, servirá para contextualizar esta nueva tendencia y conocer los diferentes usos y abusos que se hacen de estas herramientas y que pueden provocar unos ciertos efectos en los usuarios.
El principal objetivo que persiguen con el documental es “averiguar si estas aplicaciones favorecen a la mejora de las relaciones interpersonales y si pueden o no ayudarnos a sentirnos un poco más felices a medio o largo plazo”.
Con respecto a la doble cara de estas aplicaciones y su uso, Lorente afirma que “pueden existir puntos positivos y negativos. Estos últimos implican frustraciones. Por ejemplo: cómo gestionar el rechazo y todo el autoconocimiento que esto conlleva. Pero a pesar de ello, uno tiene que valorar también lo que puede sacar de ellas y lo que puede aprovechar para mejorar su vida”.
Lorente y Moitinho harán referencia continuamente a la normalización en el uso de las Apps de citas y al periodo de transición que estamos viviendo hoy en día.
Para ellos, las aplicaciones de citas han facilitado mucho que los diferentes tipos de relaciones de pareja que existen se normalicen. “Han permitido abrir el espectro de posibilidades y, sobre todo, la aceptación de las mismas. Ya el fin puede no ser encontrar una pareja y esto estar aceptado. O que la pareja no sea de dos, que sea de tres o más. El concepto de poli-amor comienza a conocerse y a introducirse en las conversaciones. Las aplicaciones facilitan mucho el escenario para las personas que no buscan modelos de relación convencional.
Mucha gente de nuestro entorno que antes había renegado de las aplicaciones ha acabado utilizándolas, porque es hacia donde se está moviendo la sociedad”.
Si bien ellos se han especializado en la aplicación pionera para el colectivo homosexual de Grindr, destacarán las fortalezas de Tinder y reconocerán que esta ha motivado mucho más la popularización y normalización de las Apps para conocer a gente.
Para Moitinho existe una diferencia muy interesante entre las aplicaciones para gays y las aplicaciones para heterosexuales: El match, la coincidencia (que tengáis que gustaros mutuamente para poder comenzar a hablar). Es una condición obligatoria dentro de Tinder o Happen, pero no en las aplicaciones para homosexuales. "Estamos convencidos de que el match minimiza el rechazo. Y esto favorece el éxito de la aplicación, pues tú te vas a sentir mejor. Porque si tú estás en una aplicación como Grindr en el que todo el mundo te pueda hablar y en la que tú puedes hablar a todo el mundo, si hablas a muchas personas y ninguna te contesta, tú estás recibiendo el rechazo de todos los que están a tu alrededor”.
Voces de expertos
usuarios especialistas en tinder
Alberto Domínguez, periodista y comunicólogo de el diario El Mundo y autor de la crónica “Mis 50 noches Tinder”, nos cuenta su experiencia en la App y las conclusiones que sacó de su estudio: “Si bien es raro que habiendo tenido tantas citas no haya dado con mi “media naranja”, en nada obedece a que haya sido por culpa de la App. La gente parece olvidar a veces que, cuando se da un encuentro cara a cara con la persona, ya la App queda totalmente de lado y lo que hay es un encuentro entre dos personas. Al final de todo, la gente lo que busca es conocer a alguien. Muchos pueden entrar a la App para superar una relación anterior, por ejemplo, y decir que su único interés es tener sexo y divertirse. Pero nada garantiza que esa persona, a la cual vas a ir a conocer para solo tener sexo, al final de cuentas resulte ser alguien con quien te interesa tener algo mas”.
Ariadna Sánchez, recién licenciada publicista, lleva utilizando Tinder desde su comienzo y son numerosas las experiencias que ha vivido gracias a la aplicación. Está realizando una investigación académica sobre la App y le apasiona el aprendizaje de las relaciones interpersonales. Siempre ha encontrado tiempo para la vida social entre el trabajo y el estudio. Pero desde que se independizó los días se le quedan cortos. Cada vez tiene más responsabilidades y no puede salir tanto como le gustaría. Utiliza Tinder mientras espera al metro, antes de acostarse, mientras se cuece la pasta para la comida o incluso en una discoteca para ver si hay alguien interesante cerca. “Tinder me permite conocer a gente fácilmente y sin compromisos. Desde casa, en el transporte público, en cualquier bar o en la biblioteca. Y lo mejor es que puedo conocer a gente de todas partes del mundo. Ya he quedado con un danés, un sueco, un belga… Eso sí, nada serio. La mayoría de relaciones que establezco se quedan en uno o dos encuentros. Sólo con un chico llegué a quedar en cinco ocasiones.
Es como si hubiésemos dejado de confiar en el resto de personas,
para dar prioridad a lo que nosotros buscamos, a nuestros intereses
Puedes conocer a gente muy interesante pero es difícil que se repitan los encuentros. Y no porque no haya química o porque no nos gustemos. Algunas veces ocurre eso, no nos gustamos y ya está. Ahí no hay conflicto. Pero repetidas veces me ha pasado que a pesar de encontrar a alguien con quien puedo entenderme y pasármelo bien, no volvemos a repetir. Ya damos por hecho que no vamos a encontrar nada serio o estable a través de estas Apps y lo aceptamos. Y aunque nos guste alguien lo dejamos pasar, pensando que ya llegará alguien mejor, que tendré muchas más oportunidades, que no merece la pena invertir el tiempo… Creemos que lo que vamos a encontrar mañana es mejor que lo que ya tenemos. Eso nos paraliza un poco y nos incapacita también. Es como si hubiésemos dejado de confiar en el resto de personas, para dar prioridad a lo que nosotros buscamos, a nuestros intereses”.

































































